Madrugamos para coger el vuelo a Dubrovnik. El vuelo bien, sin problemas, aunque dos cosas me han llamado la atención: Cero papel. La primera vez que volando con Iberia no imprimen una nueva tarjeta de embarque al facturar. Todo el tiempo con el móvil. Croacia está en la Unión Europea desde hace poco, pero está. No entiendo por qué piden pasaporte para ir, pero el hecho es que lo piden.

Amanecimos como pudimos en Kotor, yo en particular a las 6:20 estaba ya despierto. Por la noche había música muy fuerte con la que no se podía dormir. La música paró estrepitosamente a la una, con lo cual dormimos poco. Antes de las ocho de todas formas ya estábamos caminando por Kotor para subir al bastión de San Juan. El bastión de San Juan es la parte de arriba de una muralla que defendía Kotor en la antigüedad.

Esta mañana nos levantamos con caras largas porque estaba lloviendo mucho. Miré la predicción para el día y ponía que iba a llover. Esa fue la parte mala. La parte buena fue que sin esperarlo, el dueño del apartamento apareció con crepes con mermelada. Tras el desayuno cogimos las cosas y nos fuimos a Split, el día además se fue despejando. Llegando en coche, Split es una ciudad fea. No obstante aparcamos en un parking al aire libre y fuimos al centro, a ver la ciudad vieja.

Hoy nos levantamos tarde y desayunamos tranquilamente. No dejamos el piso hasta las 10. Antes de salir de Split para ir hacia Zadar, dimos una vuelta en coche y encontramos una zona residencial buena de Split donde están la playa, el puerto deportivo, el club de tenis y chalés. Buen chasis pero sin acabar de rematar, aún así mejoró nuestra impresión de Split de ayer. Luego, como de costumbre, nos llovió por el camino.

El día de hoy es fácil de resumir: Nos levantamos y hora y media de coche a los lagos de Plitvice. Estuvimos en los lagos de Plitvice hasta las seis más o menos, tras unas ocho horas caminando (con paradas de por medio). Volvimos de los lagos. Los lagos de Plitvice son el parque natural más antiguo y grande de Croacia, son un río que baja la montaña formando un montón de lagos y cascadas a su paso: una pasada.

Hoy el día ha sido muy largo. Por la mañana dimos un paseo por Zadar: mejor por la noche que por el día. Aunque la ciudad está bien, por la noche causa mejor impresión porque sólo tienen iluminado lo realmente espectacular. Estuvimos en un museo de arte religioso regentado por unas monjas del que se podría haber pasado y luego fuimos al mercado, donde compramos higos. Seguimos paseando hasta el parque que hay en el itsmo que une la península con el resto de la ciudad y dimos la vuelta, pero esta vez sin usar el “taxi”.

Con la juerga nocturna de ayer, nos despertamos mucho más tarde de lo recomendable. Aún así hemos podido disfrutar de Dubrovnik. No hemos hecho mucho, simplemente fuimos a la ciudad vieja y dimos la vuelta a la muralla, cosa que nos llevó más de dos horas. Es una ciudad increíble, la vuelta a la muralla, aunque cara (90 kunas por persona), es una parada obligada. Se puede contemplar la belleza de Dubrovnik.

Escribo esto desde el aeropuerto de Dubrovnik. Hoy nos vamos a Madrid y mañana yo a trabajar. Por la mañana hemos estado en un fuerte que mandó construir Napoleón y ahora convertido en museo sobre la guerra yugoslava en Dubrovnik. Dubrovnik sufrió un asedio por parte de los serbios y se defendió como pudo, la ayuda internacional tardó en llegar, pero si no es por ellos, no habrían aguantado. Aún así la ciudad sufrió muchos daños, las labores de rehabilitación sin embargo han hecho que la ciudad vuelva a ser la perla del Adriático, lo que siempre fue.

Croacia es un país estupendo para navegar. Nosotros no lo hicimos, pero hay otros que sí, y lo hacen con estilo. Hay yates espectaculares, que vimos en Dubrovnik, Trogir y Zadar, aunque sólo consigo acordarme del nombre de tres de ellos, los dos primeros los vimos en Trogir y el último en Dubrovnik. Dorothy Ann Este barco es muy bonito y, aunque impresionante, lo es menos que los dos que vienen luego.