Un día en Atenas
- lectura de 4 minutos - 744 palabrasHoy hemos hecho lo importante que hay que hacer desde un punto de vista turístico en Atenas, porque el tour de ayer la verdad es que no aportó gran cosa.
Lo primero que hicimos por la mañana temprano (a las 9 estábamos allí) fue ir a la Acrópolis, literalmente la parte alta de la ciudad. Por tanto todas las ciudades tienen una acrópolis. El de Atenas es, sin embargo, el más famoso y con buen motivo porque alberga el Partenón. Además, en este año de pandemia hay muy poco turismo por lo que se puede ver tranquilamente. Claramente son las mejores ruinas de Grecia, por lo menos que hayamos visto: bonitas, relativamente bien conservadas (así que no hay que imaginarse mucho), accesibles y con unas vistas estupendas sobre la ciudad.
Lo más destacado de la acrópolis de Atenas es el Partenón, templo dedicado a la diosa que da nombre a la ciudad: Atenea. Es, como todo los templos griegos, un templo armonioso que resulta agradable de ver. Lo están restaurando en estilo moderno de restauración, es decir: lo nuevo es blanco en vez del color original y así se sabe qué es restaurado y qué no lo es. A nosotros esta forma de restauración nos gusta.
El teatro más grande que hay es el de Dionisio, pero son ruinas mal conservadas. Sí que está bien de él que tiene algún asiento de verdad y no bancada corrida, supongo que reservado para los pudientes. Sin embargo, hay otro más pequeño pero en uso todavía y que se ve muy bien según se entra en el recinto (si se entra por el oeste) que es el Odeón de Herodes. No es tan impresionante como el de Epidauro pero el hecho de que en la acrópolis haya dos teatros da idea de lo mucho que les gustaba a los griegos.
Este mapa de la wikipedia es muy bueno para hacerse una idea de dónde está todo en la acrópolis.
Vista la acrópolis fuimos a las ágoras, primero a la romana y luego a la griega. La romana son simplemente ruinas, la verdad es que realmente no hay mucho que ver en ella. Alberga, eso sí, la torre de los vientos, que dicen fue una estación meteorológica. En realidad lo único que se sabe a ciencia cierta es que fue un reloj.
Todavía antes de comer fuimos a ver la otra ágora, mucho más grande que la romana: el ágora de Atenas. Es un recinto muy grande que era realmente el centro administrativo de la antigua Atenas. Dentro de ella realmente hay que imaginarse mucho de lo que había porque de la mayoría de los edificios sólo se conservan los cimientos o ni siquiera. Se conservan bien dos: la estoa de Átalo, totalmente restaurada y que alberga un museo; y el templo de Hefesto, que es como el Partenón (sí, dedicado a otro dios) pero más pequeño.
Comimos en el rastro, con vistas a la acrópolis, y seguimos visita por las tiendas de souvenirs. Las tiendas de souvenirs de Atenas no son tan buenas en general como las de otros sitios de Grecia pero las que son buenas son muy buenas; había alguna en la que realmente tenían cosas bonitas. El paseo realmente tenía un destino el templo de Zeus. Ese templo es el más grande de Atenas y, aunque solo se conservan unas columnas, da idea de lo realmente grande y majestuoso que debió de ser. Es realmente grande. En el camino, por cierto, está el arco de Adriano.
Continuamos el paseo para subir el monte Licabeto y tener vistas desde el punto más alto de Atenas. El “paseo” pasa por los jardines nacionales de Atenas y la zona de tiendas caras de la ciudad. Una vez arriba, eso sí, las vistas merecen la pena. Podríamos haber subido en taxi una parte del camino para cansarnos menos pero sabíamos que arriba había restaurantes en los que tomarse una merecida recompensa.
Tras este día tan intenso (además de la distancia recorrida, en Atenas hace calor) volvimos al hotel más o menos a la hora del atardecer: es un buen sitio para verlo el monte Licabeto.
Elegimos restaurante para cenar por proximidad al hotel y, la verdad, hemos estado de suerte porque es porbablemente lo mejor que hemos comido en Grecia (además de muy barato). Repetiremos mañana en Tizitzikas Kai Mermigas.
Mañana en principio vistaremos un par de museos, entre ellos el museo arqueológico. Y después, vuelta a España.