De Puno a Cusco
- lectura de 3 minutos - 606 palabrasEl de hoy ha sido un día de transición. El objetivo era llegar a Cusco, instalarnos en nuestro hotel y avisar a los de Alpaca Expeditions de que ya estábamos por ahí. Y eso hicimos.
Así pues, cogimos un taxi a la terminal terrestre desde nuestro hotel. La estación de autobuses es esperpéntica: una especie de feria del ganado en la que hay muchos puestos de distintas compañías de autobuses, todas con sus respectivos vendedores gritando destinos a los pasajeros que por allí había.
Nosotros viajamos con Cruz del Sur, como todos los gringos. Se trata de una compañía de autobuses de alta gama que por 25 euros te lleva de Puno a Cusco bastante cómodamente (los asientos eran enormes y con una rampa para que descansara la pierna aunque a Claudio le quedaban algo pequeños). El paisaje entre medias era absolutamente espectacular, con los andes flanqueando la carretera a ambos lados y discurrió sin ninguna incidencia. Aún así, no olvidemos que esto es Perú y llegamos con una hora de retraso.
Con otro taxi llegamos al Niños Hotel en calle Fierro, donde nos quedaremos hasta el inicio de la ruta y después de la misma. El hotel pertenece a unos holandeses que tienen una ONG dedicada a niños de la calle y parte de los beneficios van para la misma. Las habitaciones están bien y está bastante céntrico, así que estamos contentos con la elección del hotel, que en Cuzco no fue tan fácil.
Salimos a dar un paseo por la ciudad, tomarnos un jugo (que no nos atrevimos a probar la comida que nos dieron en el autobús) y encontrar la agencia de Alpaca. Saldadas nuestras deudas con Alpaca, aprovechamos para dar un paseo por la ciudad y, de paso, acercarnos a la agencia de turismo. Con el cambio de planes de Alpaca, salimos el día 27 y no el 28 para la ruta y eso nos ha desajustado bastante los planes.
Inicialmente el día 26 lo íbamos a dedicar a subir el Vinicunca, pero visto que los dos hemos pasado mal de altura, prefimos aclimatarnos mejor en Cusco un día más y visitar el Valle Sagrado al día siguiente. Ahora con estos cambios, hemos tenido que rehacer el plan y decidir si mañana nos compensa visitar el Valle Sagrado o los alrededores de Cusco. Nos acercamos a una boletería de tickets de monumentos oficicales de la municipalidad donde el hombre en cuestión no nos ayudó absolutamente nada. Afortunadamente a unos pocos pasos estaba la oficina de turismo oficial de la ciudad y allí si nos ayudaron a entender bien lo que se podía visitar, los toures más frecuentes y los precios de los tickets. Existe un billete único que incluye algunos museos de la ciudad, lo que habitualmente se conoce como el City Tour (ruinas de Sacsayhuamán y de alrededor) y del Valle Sagrado (Písca, Ollantaytambo…). Si se compra el billete completo son 130 PEN y es válido por 10 días. Si se compra fraccionado son 70 PEN cada tramo y dura un día, por lo que es mejor comprarlo directamente en el monumento que se quiera visitar. Nosotros finalmente nos decantamos por organizar un tour de la ciudad, ya que teníamos que estar de vuelta a las 18:30 para el briefing de Alpaca.
Para cenar fuimos a Marcelo Batata. Alta gastronomía peruana a precio tirado para un europeo. Altamente recomendable todo lo que tomamos: el hummus de tarwi, la carne de alpaca a la parrilla, los anticuchos de alpaca y la mousse de café… organizan cursos de cocina y nos estamos planteando hacer uno el último día del viaje. No digo más.