Jaipur
- lectura de 4 minutos - 837 palabrasJaipur, también como La ciudad rosa, es la capital del estado de Rajastán en la India. La ciudad de Jaipur fue fundada en 1728 por el maharajá Sawai Jai Singh, gobernante de Amber y gran aficionado a la astronomía. Se divide grosso modo en “ciudad rosa o ciudad antigua: dentro de la muralla” y “ciudad moderna: fuera de la muralla”. La antigua es la que conserva el color rosado que da nombre a la ciudad y que curiosamente está más cuidada.
Nuestra primera parada del día fue para tomar lassi. Ghan nos llevó a la mejor tienda de lassi de todo el Rajastán (según él y también según la guía). El lassi es una bebida tradicional de la India hecha a base de yogur, dulce o salada y que se bebe fría; tiene un toque a limón, es muy cremosa y está muy buena. Sirvió para completar el desayuno, ya que el del hotel es malo.
Ha sido un día agotador, viendo muchos monumentos, todos muy separados así que suerte que pudimos ir en coche. Nos gustaría pasear algo mañana, intentaremos abordar el centro de la ciudad antigua y sus bazares. Lo primero que hicimos fue parada en el Wind Palace o Hawa Mahal, un edificio con una fachada muy bonita pero que es solo eso, fachada (tiene tan solo 2,5m de profundidad).
De ahí ya fuimos al Amer Palace. Paramos previamente en Amer Village, donde vimos otro pozo similar al de Abhaneri aunque menos lujoso y de allí ya subimos al fuerte propiamente (decidimos hacerlo en coche y no en elefante como hacen bastantes turistas por respeto a los pobre animales que crían en una granja de la zona). La edificación que actualmente se conoce como Amber o Amer Fort era inicialmente un complejo palaciego dentro del fuerte de Amber original que hoy día se conoce como Jaigarh Fort, ambos están conectados entre si por túneles subterráneos. El fuerte en si es enorme y la visita requiere un mínimo de hora y media para poder apreciar todas las salas. La construcción es en arenisca amarilla, a diferencia de los tonos rojos de los otros fuertes que habíamos visto hasta ahora y también nos dio la sensación de más fuerte defensivo que palacio de ocio.
De vuelta a Jaipur aprovechamos para parar junto al Palacio del Agua (Jal Mahal). Se trata de un palacio construido sobre un lago que se llena durante las lluvias siendo el palacio sólo es accesible por barca. Actualmente el lago está contaminado y el palacio deshabitado, sin mantenimiento y no puede ser visitado. Eso sí, deja una foto muy bonita.
Ghan nos llevó a una tienda de pashminas por si estábamos interesados en comprar. La tienda era de unos comerciantes de Kachemira que vendían pashminas de cachemir de la zona. Aunque no nos gustó que nos llevase a una tienda, estuvo bien que nos enseñase todo lo que tenía en la tienda y Claudio acabó comprándose una para el invierno. Seguidamente visitamos los cenotafios Gaitor: un remanso de paz en medio de la locura de la ciudad.
Hecha la parada de rigor para comer y medio agotados, fuimos a visitar el City Palace. En una parte del palacio Chandra Mahal en la actualidad se encuentra un museo pero la mayor parte del palacio todavía es una residencia real. Hay dos tipos de entrada: la que cogimos nosotros, solo para los patios y museos y una cinco veces más cara que también visita alguna de las dependencias reales. Nosotros nos quedamos satisfechos con nuestra versión. Lo que más nos impresionó, dos vasijas de plata en las que el Marajá transportó 4000 litros de agua del Ganges (en cada una) para poder hacer sus abluciones in Inglaterra y el salón en el que para comprobar que no se iba a caer una lámpara de araña colgaron un elefante del techo.
Justo al lado del Palacio se puede visitar también el Jantar Mantar, uno de los cinco observatorios astronómicos construidos en la India por el maharajá Jai Singh en 1728, quien además de guerrero era conocido por su afición a la astronomía. Patrimonio de la Humanidad, es un complejo de relojes solares, astrolabios… de todo ello lo más impresionante un reloj solar de 27 metros que da la hora con una precisión de 2 segundos.
Aún con tiempo para dos paradas más, aprovechamos para pasar por el Albert Hall Museum, un edificio que se construyó para hacer migas con los ingleses pero sin ningún propósito claro y que ahora es un museo y, finalmente, fuimos a Birla Mandir, un templo hindú de mármol digno de ver. Lo más curioso de este último son las columnas talladas en el exterior con los grandes pensadores de la historia, incluyendo a figuras como Jesucristo, Moisés, Sócrates, Zaratustra…
Para cenar acabamos volviendo al Peacock Rooftop, apuesta segura.
Hoy también hemos estado rodeados de monos, pero eso es otra historia.