Llegada a Agra
- lectura de 4 minutos - 691 palabrasAgra Fort
Baby Taj Mahal
Vistas sobre el Taj Mahal
Esta mañana Gangiam Ghan Sian nos hizo modificar el plan que teníamos inicialmente de ver algo de Old Delhi, porque nos dijo que hasta Agra había 5 horas. No se lo cuestionamos claro, aunque Google Maps decía que eran 3:30h. Lo que pasa es que nuesto conductor, si bien es muy prudente, conduce a velocidad de abuela y por tanto los tiempos se alargan.
Las carreteras indias (al menos las de peaje) están razonablemente bien. Una vez en Agra hicimos el check-in en nuestro hotel “The hideout Agra Boutique Hotel” y no podríamos recomendarlo más. Bueno, bonito y barato. Está regentado por un dentista indio formado en Barcelona que entre los servicios de su hotel te ofrece ir a visitar su clínica por si tienes interés en hacer turismo dental. Claro está que no lo recomendamos por esto, sino porque es muy amable, te organiza el tiempo que tengas sin presionarte y te da muchas recomendaciones de sitios para comprar o para comer. Las habitaciones están muy bien, eso sí se seguimos duchándonos con jarra y caldero.
Por recomendación del dueño, de nuestro conductor y de TripAdvisor, fuimos a comer al Pinch of Spice, muy bueno todo aunque “caro” para la India. Una vez lleno el estómago fuimos ya a ver el Fuerte Rojo. La entrada es algo más barata si se visita el mismo día el Taj Mahal porque solo se paga el impuesto de turismo una vez. Aquí Claudio y yo tenemos opiniones encontradas. Yo creo que este Fuerte Rojo es mejor que el de Delhi y Claudio cree que la visita es mejor la de Delhi. En parte creo que su opinión está influida porque en este hay mucha más masificación y turista extranjero y no se puede uno sentar tranquilamente en los jardines a contemplar los palacios. Los fuertes rojos fueron construidos por los emperadores mogoles de la época. Inicialmente se asentaron en Agra, se mudaron a Delhi, a Fathepur y volvieron a Agra. Uno de ellos fue el que construyó el Taj Mahal en honor a su amada, la cual murió el el parto de su decimocuarto hijo. Curiosamente, él se estaba construyendo un mausoleo similar en frente del de ella pero nunca se llegó a acabar porque su hijo lo destronó, metió en prisión y finalmente lo enterró en el Taj Mahal. Historias telenovelescas a parte, la construcción de esta fortaleza es impresionante. Con 2,5km de muralla, alberga varios palacios de marmol blanco exquisitamente tallado, fuentes y jardines.
Como acabamos la visita algo antes de lo previsto, aprovechamos para visitar el “Baby Taj”. Está en el itinerario de varios touroperadores pero no de todos y claramente se merece una visita. El mausoleo se construyó por encargo de Nur Jahan, esposa del emperador Jahangir, para honrar la memoria de su padre, Mirza Ghiyas Beg, a quien se le había concedido el título de Itimâd-ud-Daulâ que significa «pilar del estado». Al igual que el Fuerte Rojo resulta una transición entre la construcción con arenisca roja al mármol blanco. Se cuida mucho el detalle piedras incrustadas, talladas, frescos… Para acabar fuimos a los jardines Mehtab Bagh, desde donde se ve un bonito atardecer sobre el Taj Mahal. Antiguamente era un parque de acceso libre que las autoridades ahora han aprendido a aprovechar cobrando el precio de una entrada a monumento a todo aquel que quiera hacerse la foto. Sinceramente, creo que esto es más para los que no quieran ir al Taj Mahal porque intuyo que las fotos de mañana serán mejores.
Una cosa que llama mucho la atención en Agra (también en Delhi) es que tengas unos monumentos tan impresionantes, con unas construcciones tan avanzadas y cuidadas, en medio de la más absoluta miseria. En Agra en concreto, es la norma que las casas estén a medio hacer, niños corriendo medio desnudos por la calle, gente duchándose a calderos en la calle y fogatas para cocinar también fuera de la casa. No apto para espíritus delicados.
Para cenar iremos a Sheroes, un restaurante que emplea a mujeres víctimas de ataques con ácido para fomentar su integración social.