Fiesta
- lectura de 6 minutos - 1101 palabrasDía intenso el de hoy. Empezamos con energía (quedaba tortilla de la cena de ayer) y aprovechando que era nuestro último día de charlas, le pedimos a la Hermana que nos dejase ir andando a la escuela para poder grabar a los niños de camino al colegio. Por error salimos algo tarde y ya solo nos encontramos a los que hacían pellas o llegaban muy tarde a clase.
La charla de hoy estaba dedicada a las niñas de Guadalupe y Maria Inés. Les hicimos un resumen adaptado a adolescentes. De Guadalupe tuvimos poco público porque tenían un examen, pero teníamos un montón de Maria Inés, unas 130 niñas en total.
Se nota que a estas chicas nadie les ha explicado nunca lo que es la regla, lo que es normal, lo que no es normal… Con ellas no tuvimos tiempo para consultas personales, pero sí nos preguntaron sus dudas al final de las charlas y nos mostraron un adecuado lavado de manos.
Como acabamos pronto, aprovechamos para visitar el taller de costura de Maria Inés, ayudar a la Hermana a hacer inventario de todos los productos que van a exponer y vender (Mari Luz no se fía de sus vendedoras porque más de una se lleva la mercancía a casa).
Volvimos a casa de paseo por la ciénaga. En esta zona las casas son más chabola si cabe y los niños, que salen de todas partes a recibirnos, están muy descuidados: ropa sucia, rota, mocos hasta el suelo, los dientes llenos de caries y medio rotos, pieles llenas de marcas sugestivas de tiña… Ninguno escolarizado. Eso sí, todos muy sonrientes y felices.
La diferencia se verá luego. Fue especialmente enternecedor cuando al borde de la escuela, una niña de 6 años uniformada les dijo a todos los que nos seguían: “Go to school!”
Hoy el séquito fue mayor de lo normal. No se nos despegaron hasta la casa, cuando un grupo de chicas mayores nos rodeó cantando pidiendo dinero (si teníamos). Es la primera vez que nos piden limosna… yo creo que hay tan pocos blancos que no se les ocurre pedir porque las únicas que conocen son a las Hermanas y esas no dan limosna así como así.
A la hora de la comida Mariluz nos pidió que hiciéramos tarta para mañana, por el cumpleaños de Adamsé, para 30 personas. Después del pánico inicial pensando cómo hacer una tarta sin ingredientes, sin material, sin nada… decidimos hacer un bizcocho de chocolate y otro de leche condensada. Al intentar encender el horno, me quemé la mano derecha y me la han tenido que curar entre Alicia y Rocío. Afecta el dorso de los dedos, no más, pero resulta muy aparatosa por todo el vendaje. Eso sí, los bizcochos parece que han quedado bien.
Hoy nos han contado historias terribles. La Hermana Elisa estaba muy enfadada con un caso del pueblo. Resulta que una mujer del pueblo fue encarcelada por no pagar el préstamo del aceite. Dejó solos a cinco niños, ya que el padre desapareció. Se quedó a cargo la abuela, la cual desapareció con el dinero que le prestaron las monjas para ayudar a la familia. Se quedaron entonces el hijo mayor, diabético y tuberculoso; la de 12 años que fue PRESTADA a un hombre para pagar comida para los demás y ahora la ha devuelto, con un bebé de meses; el tercero y cuarto son gemelos de 8 años que vagan por el pueblo mendigando la comida que comerán cada día y finalmente el bebé de meses. Para los bebés (el hermano y la hija de la niña) las monjas les dan leche. El cabreo de Elisa viene a raíz de que el hermano pequeño está desnutrido y el otro no. Parece que la niña sólo ha alimentado a su hijo, quedando el otro en unas condiciones pésimas, lo encontraron en la casa solo, vestido exclusivamente con una camiseta, sin haber sido cambiado o limpiado en días. Lo que iban a hacer entonces era denunciarlo a la policía para darlo en adopción. Aquí, al parecer, las adopciones van muy bien y ningún niño queda huérfano.
Preguntamos a las hermanas que qué era eso de “prestar” a las niñas y nos dijeron que era tal como sonaba. Algo muy frecuente. Durante la guerra, por ejemplo, un soldado violaba a una niña y se ofrecieron a acompañarla para denunciarlo. Perdieron el caso cuando el soldado acordó con la familia pagarles un saco de arroz.
Profesores que violan a alumnas, niñas prestadas… definitivamente Sierra leona NO es un buen lugar para ser mujer.
Parece que sólo cuento penas y no quiero que quede así. Los sierraleoneses son, en general, felices. Cantan mientras hacen cualquier tarea, bailan por la calle, son hospitalarios, cariñosos, receptivos…
Además de las tartas nos dedicamos a preparar la memoria sobre nuestras charlas. Queríamos que quedase claro la necesidad de incorporar a los hombres en las mismas y la necesidad de formar a personal local para darlas. Como colofón, las niñas del internado nos invitaron a cenar. Como la Hermana Elisa se va el año que viene a Makeni le organizaron un homenaje de despedida. Bajo un tendejón y con la lluvia cayendo a cántaros cenamos todos juntos con espectáculo: teatro, baile y canto por parte de las chicas. Ultimaron hasta el último detalle decorando manteles, columnas, haciendo centros de mesa… no escatimaron en nada. Resultó muy emocionante ver lo agradecidas que estaban a Elisa. Por un lado, la alegría de verlas tan felices, tan afortunadas de estar recibiendo una educación. Por otro la tristeza de pensar que no sé cuánto les durará la dicha. Cuándo se casarán con su marido polígamo del que dependerán el resto de sus vidas.
Como obsequios le hicieron un retrato firmado por las chicas y una foto con fotomontaje en el que le pusieron alas (la Hermana no sabía si de ángel o de gallina).
Nos unimos a los bailes de las chicas, muy torpes a su lado. ¡Menuda capacidad para individualizar articulaciones que tienen! Los bailes son todos muy sensuales, con mucho movimiento de culo al que claramente no llegamos, pero lo pasamos fenomenal. No le hizo tanta gracia a la hermana Elisa, no sabemos si por el contoneo o porque no se acababan los bailes.
Al llegar a la casa nos encontramos con Adamsé, muy indignada porque su viaje había durado mucho más de lo habitual por lo inepto de su conductor, que se negó a dejarla conducir por ser mujer.
Mañana tenemos día de festejos (nombramiento de Elisa, cumpleaños de Adamsé) y se nos unen todos los de Mile 91.