Sossusvlei
- lectura de 4 minutos - 763 palabrasHoy nos hemos levantado con el Sol, a las 6am. Visto que anochece tan pronto y que aunque las distancian sean cortas, los tiempos en coche no, merece la pena madrugar y aprovechar todas las horas de luz posibles. En una hora, nos habíamos duchado, desayunado, desmontado la tienda y recogido todo el campamento para ir a Sossusvlei. Como dice Claudio, si vas con estos coches, si no lo necesitas, no te compensa dormir en el mismo sitio varios días porque tienes que montarlo y desmontarlo todo igualmente para moverte. Lo que tiene ir con la casa a cuestas, literalmente.
Sossusvlei es una parte del desierto de Namib. Está a unos 40km de nuestro camping y se accede a través de otro lodge, donde compras el permiso de acceso a Sossusvlei y Sesriem. La carretera para llegar es algo peor que la que tuvimos ayer, más piedras en general. Antes de entrar al parque, aprovechamos para repostar (el coche ya había chupado medio depósito) y ajustar las presiones de las ruedas, que estaban algo descompensadas.
Permiso en mano, decidimos que lo primero era ir a Sossusvlei y Hidden Vlei. Son unas explanadas en medio de un sistema de dunas, que cuando llueve se convierten en auténticos oasis, con su charca, vegetación y todos los aditamentos. Como lleva una temporada larga sin llover, sólo son explanadas rodeadas de dunas, pero siguen siendo bonitas… o eso dicen. Para llegar tienes que seguir una pista asfaltada de unos 60km hasta el parking de 2WD y de ahí puedes tomar un shuttle o andar hasta el 4WD parking donde está Sossusvlei y andar otros 6km para llegar a Hidden Vlei si quieres ir a algo menos turístico. La pista asfaltada está bastante bien, con un límite a 60km/h, que no deja de ser curioso si piensas que por pista es de 100km/h. Discurre por un valle muy ancho, muy árido, muy desértico, flanqueado por dos “cordilleras” de dunas. Por el camino puedes encontrarte algún que otro oryx, avestruces… Llegamos sin problema al parking del 2WD y ahí intentamos encontrar un shuttle que nos llevara sin mucho éxito, así que nos pusimos a caminar porque los de la agencia nos habían dicho que en Sossusvlei nada de meter el coche en la arena… (aunque vimos mucho Toyota Hilux pasar sin problema y se supone que es peor coche que el nuestro). Caminamos un ratito por la carretera de arena, disfrutando del paisaje, hasta que al final decidimos que llegar hasta Hidden Vlei nos iba a llevar demasiado tiempo e íbamos a perder todo el día. Total, que nos hemos quedado sin ver los Vlei.
Cambiando el plan, volvimos al km 45 para disfrutar de la Dune 45 (llamada así por su localización) y subimos a la cima para disfrutar de unas espectaculares vistas. De la que subimos, también pudimos ir viendo cómo el viento va reconfigurando la duna, cosa que no deja de ser curiosa. Estas dunas son enormes, van más allá de donde te alcanza la vista… ¡se extienden 45km hasta el mar!
Después de la Dune decidimos ir a explorar el Sesriem Canyon. Justo a la entrada del parque, en el lodge si se toma el sentido opuesto se coge una carreterita de 4km hasta el cañón de Sesriem, que aunque no se anuncia tanto porque es menos espectacular que las dunas, no deja merecer la pena una visita, ¡30m de alto! Al parecer no lleva agua desde 2011. Se supone que todo esto es de lo más turístico de Namibia y no nos hemos encontrado a muchos turistas, prácticamente lo tenemos todo para nosotros.
Aprovechamos para comer allí mismo, en el parking. Lo bueno de llevar la casa encima, que puedes comer cuando quieras.
A la vuelta tuvimos un pequeño incidente con las Jerry Cans, al romperse la cuerda que las sujetaba. De milagro no salen volando y las perdemos, o causamos un accidente. Al final conseguimos hacer un apaño, pero intentaremos comprar una nueva en Swakopmund para una solución más definitiva.
Aún con todas, conseguimos llegar a nuestro camping a una hora más razonable, para poder ducharnos, organizar el campamento y que Claudio hiciera una hoguera para preparar la barbacoa de la cena (cerdo especial para braai). Durante la preparación de la cena, una manada de oryx se paseó por delante de nuestra tienda, camino de un pozo. Todo un desfile de oryx grandes, medianos, pequeños y muy pequeños. A pesar de los grandes cuernos parecen pacíficos, no se acercaron mucho a husmear. Mañana vamos a Walvis Bay y Swakopmund, a ver qué tal.