Essaouira
- lectura de 3 minutos - 431 palabrasLlevamos un par de días en Essaouira. Vinimos ayer desde Oualidia, que está a algo más de dos horas. La ruta es bonita, todo a lo largo de la costa. Y Essaouira es, yo diría, lo mejor que hemos visto de Marruecos; aunque como experiencia es la menos exótica porque esto se parece más a Europa.
Essaouira es una ciudad con una medina fortificada, medina similar a la de Rabat: calles perpendiculares unas a otras y nada de acosos. Fuera de la medina hay una gran playa y la ciudad nueva, urbanizada con nivel del primer mundo. La playa también, pues está muy limpia (también la de Oualidia) y tiene hasta duchas.
Es el sitio donde más turistas hemos visto en comparación con la cantidad de gente del sitio, pero no está para nada masificado. Buen sitio para pasar unas vacaciones más largas, siempre y cuando estés dispuesto a soportar la niebla perpetua que hay sobre la ciudad producto de la evaporación del agua del mar.
En cuanto a lo que hemos hecho, lo típico de aquí: dar un paseo por la medina, ver cómo son la muralla y el bastión, visitar el puerto pesquero y comer pescado. Respecto a esto último, es típico aquí comer pescado en una plaza que hay justo entre la medina y el puerto; diferentes puestos se pelean por que comas, pero lo que ofrecen todos es lo mismo: pescado fresco. El mecanismo es sencillo: llegas, eliges qué quieres comer como si fuera una pescadería, ponen el pescado en una bandeja, lo pesan, pactas el precio (hay que regatear), lo hacen a la brasa y te lo comes. Aquí, a diferencia de El Jadida sí hay cubiertos. Cocina muy simple, por llamarlo así, pero el pescado fresco a la brasa está muy bueno.
También hemos ido a la playa, bajo la niebla eso sí. La playa aquí es muy grande, pero las mareas también lo son, cuando está alta de hecho hay una parte del paseo marítimo a la que llega el agua y la gente se tira desde allí al mar. Habrá unos dos metros y medio de profundidad en esa parte con marea alta. Y, será por la niebla, lo cierto es que aquí el agua está caliente. No tanto como en el Caribe, pero sí lo suficiente como para que una vez dentro casi no apetezca salir.
Mañana, tontos de nosotros, escaparemos de aquí para ir aún más al sur, a Sidi Ifni. Queremos ver la costa de Mirleft y lo que hasta hace no mucho en términos históricos fue parte de España.