Fiesta Flamenca
- lectura de 2 minutos - 290 palabrasHoy viernes me he tomado la tarde libre para no coincidir con cierta doctora. Me he aburrido tanto en la casa que he estado a punto de ir al hospital aunque tuviese que pasar la tarde con ella. A punto claro, no llegué a ir.
Las lluvias siguen. Según Nicolás nunca había visto tantos días de lluvia seguidos en Bolivia desde que llegó hace 20 años. Está bien eso de vivir los records. Después de la cena nos fuimos al centro a ver la Gran fiesta flamenca que habíamos visto anunciada el otro día en la sesión de cine español.
El local era una pasada. Un patio tipo andaluz con un pozo en el medio y soportales todo alrededor. Lo malo fue que llovía y teníamos que estar todos metidos bajo los soportales.
El espectáculo estuvo bien. Muy animado (por nosotros los españoles). Para ser bolivianos no lo hicieron nada mal. Sí que había descoordinación de baile y música o pérdida del ritmo de base, pero fue en general un conjunto agradable. Hasta nos dieron una paella más que aceptable que nos hizo recordar la frase de Nicolás de “el majadito es una paella devaluada”.
Allí conocimos a un chico de Barcelona que había salido de viaje hacía 4 años andando. Primero hasta Lisboa, luego a Cádiz, de ahí a Canarias y cruzó hasta Antigua en velero. Un tipo muy curioso que decía vivir de su violín.
La noche no dio mucho más de si. Nos unimos a unos franceses bastante cargantes (uno de ellos se lució especialmente intentando ligar mencionando que se acababa de hacer un control de ETS y había salido limpio); buscamos algún bar pero diluviaba y no encontramos nada, así que decidimos retirarnos por esa noche.