Día 2
- lectura de 4 minutos - 755 palabrasMaravilloso sueño reparador, ducha y lista a las 7 de la mañana. Llego tarde para la oración que resulta que es a las 6:45, de carácter voluntario… no sé yo si me uniré. El desayuno ya está servido. Café con leche, té, pan con aceite o mantequilla y mermelada… bien, rico.
Después del desayuno nos dieron un tiempo para prepararnos para la misa. Estrés porque no tengo grandes galas y resulta que aquí hay que ir emperifollado a todo. Las calles son de arena o barro si llueve, pero no le quite usted los tacones a las bolivianas.
La misa fue muy interesante, en celebración del 19º año de la inauguración de los proyectos educativos de Hombres Nuevos en la comunidad. La homilía fue de lo más crítica, me gustó tanto que se ha ganado un post extra respecto a educación en Bolivia en notas y comentarios.
Hoy cocinaba William, un boliviano casado con otra voluntaria. Cocinan muy bien. En el menú estaba carne consistencia suela de zapato pero sabor exquisito y ensalada de tomate maíz y aceitunas, así que rico. De postre DURAZNO, que no melocotón (lo de melocotón les hace gracia) en almíbar y mazapanes.
Después de comer reposamos una hora y luego me fui con Karen, una voluntaria alemana de exploración. Inicialmente íbamos a ir al Parque a una feria de artesanía, pero casi no había puestos, así que después de dar varios rodeos y darnos cuenta de que sobrábamos en aquel parque lleno de parejitas, cambiamos de rumbo.
Nos compramos un par de empanadas, ella de queso y yo de pollo… demasiado grasienta para mi gusto, pero no estaba mal del todo. Les encanta freír las cosas a los bolivianos, no me extraña que haya tanta obesidad. Pollo rebozado frito, empanadas fritas y refritas y fritas una vez más…
Tomamos un micro al centro y nos paramos en la plaza, dimos un paseíto y subimos al mirador de la catedral. Las vistas no son muy allá, pero es algo que hay que hacer si vienes a Santa Cruz. También lleno de parejitas por cierto.
De ahí fuimos a Los Pozos. Un mercado que da miedo de lo grande que es. Lo más bajo de la sociedad de Santa Cruz se concentra ahí… o entre ahí y la rotonda vamos. No lo digo en plan clasista sino un poco como advertencia, ten cuidado dónde te metes si no quieres que te den un susto. Según entras lo primero que ves son los puestos infinitos en la calle sin asfaltar, llena de charcos negros y hediondos. Al lado de cada puesto hay muchas veces niños de menos de tres años tumbados sobre una manta en el suelo. En los Pozos puedes comprar desde cepillos de dientes, peines usados y productos de limpieza a ropa, electrónica y material de papelería. No es muy segura la zona, una parte en concreto es ZONA ROJA, lo cual quiere decir que mejor no vayas sola a cualquier hora del día y ni siquiera acompañada a partir de las 6. Dentro del barrio hay un gran mercado de varias plantas en un edificio que en cierto modo me recordó a los grandes centros comerciales de falsificaciones chinos. Aquí también había falsificaciones, CDs robados, DVDs, ropa, comida… Yo aproveché para comprarme unas sandalias porque este calor es insoportable con zapato cerrado y Karen se compró los éxitos de 2020 de reggaeton. Sí, 2020, no es una errata.
Después de nuestra productiva tarde nos volvimos a la casa. Ducha y cena, frugal como la de ayer, pero esta vez frugal estuvo bien porque había comido bastante y merendado la empanada.
Una vez lista me preparé para salir. Con motivo del regreso de María y que su cumpleaños fue el sábado pasado, hoy salimos a un bar del cuarto anillo con los de Los Alegres (la otra casa de voluntarios). Éramos unos 15 y nos lo pasamos genial. Da gusto bailar con los bolivianos, aunque los demás hagamos bastante el ridículo… a excepción de Cao claro, el dominicano que lleva el ritmo en el cuerpo. El lugar al que fuimos estaba muy bien, era un sitio donde la gente va a cenar, pero con una banda que tocaba la única música que les gusta a los de aquí: salsa, merengue, bachata etc. Sin duda todo muy divertido.
Me arrepiento ahora de haber traído todo ropa “de voluntaria”, las chicas bolivianas van todas muy arregladas, echo en falta algún vestido o algo que no sean bermudas y camiseta para salir de noche.