Karlovy Vary, Loket Nad Ohre, Karlstejn y Praga
- lectura de 3 minutos - 617 palabrasEl día empezó sin dinero, necesitábamos cambiar urgentemente. Eso nos retrasó e hizo que saliéramos tarde. La oficina de turismo, que también cambia dinero, abría a las 9, pero la chica del cambio era de fuera de Plzen “así que llega a las nueve y veinte”: tal cual.
Rumbo a Karlovy Vary. Resumen: Karlovy Vary es una pasada. Tienen aguas termales, es una ciudad balneario a la que llevan yendo aristócratas ricos muchos años. El agua termal sale realmente caliente, tienen unas fuentes en la ciudad por las que sale agua a yo diría unos 50ºC, realmente caliente. Además de una o dos calles con tiendas muy caras, de firmas de moda tipo Chanel, hoteles buenos, es la sede de los famosos cristales Moser, usados por muchas casas reales. También vimos (por fuera) el hotel Kupp, que era el casino en la película Casino Royale de James Bond. Hay tanta pasta en el lugar que se les está llenando de rusos, y la mejor prueba es la cantidad de carteles en ruso que hay.
Después fuimos a Loket Nad Ohre, un pueblo bonito en un sitio muy pintoresco. El río que pasa por allí hace un meandro en forma de herradura y el pueblo está ahí en medio con un bonito castillo bien restaurado presidiéndolo todo. Comimos allí y vimos el castillo. El castillo es muy de cuento, pequeñito, pero realmente parece que estás en la edad media y eso gusta.
Acto seguido íbamos a ir a Marianske Ladne, pero nos traicionó el GPS. Resulta que si quieres que te lleve de A a B pasando por C, cuando pasas por C no te avisa. Así que debimos de pasar por Mariansle Ladne pero nos lo saltamos. No debía de ser tan impresionante entonces.
Llegamos al Karlstejn, uno de los castillos más bonitos de la República Checa. Y la verdad es que es muy bonito pero nos timaron un poco porque en el tour guiado en inglés que cogimos el guía hablaba muy mal inglés y además lo mejor del castillo se ve en el tour largo y no en el corto de 50 minutos. Aún así, me gustó mucho el castillo.
Y finalmente Praga. Estábamos un poco decepcionados por la ubicación del hotel(Hotel General) , ya que está a unos 20 minutos andando de lo que hay que ver de Praga, pero es que en el centro en esta época los hoteles son demasiado caros. Eso sí, el hotel es un cinco estrellas en el que nos están haciendo mucho la pelota. Nos suben las maletas, nos aparcan el coche y nos dieron una cerveza de bienvenida (podíamos haber pedido cualquier otra cosa). En la recepción la chica estuvo literalmente diez minutos explicándonos cómo movernos por la ciudad en transporte público, donde estaban las cosas más representativas, nos dio folletos de tours y nos explicó las cosas del hotel: nos ofreció prestarnos un portátil, nos dijo donde estaba el restaurante para el desayuno y nos dijo que podíamos pedir el desayuno en la habitación, que el servicio de habitaciones era gratuito.
La habitación está bien, no hay mucha diferencia con otros hoteles, aunque nos han hecho un upgrade gratuito de double deluxe a junior suite. Tenemos albornoz, para hacernos café y té (gratis) y una botella de agua de 300 ml por día y persona puesta al lado de la cama, aderezada con un cartelito que te desea que duermas bien.
Ya por la noche fuimos a Praga centro andando. La ciudad en este primer paseo me ha gustado mucho, pero las hordas de turistas (básicamente españoles como nosotros) son impresionantes. Hay muchísima gente. A ver qué tal mañana cuando realmente queramos ver cosas.
Mañana más.