Egirdir - Pamukkale - Bodrum
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A Claudio le despertó el imán a las 5 de la mañana y no durmió desde entonces. Cuando Ceci se despertó fuimos a dejar las maletas al coche y un chico del albergue nos persiguió para darnos dinero porque ayer nos había cobrado de más. El coche estaba libre de obstáculos.
Desayunamos rápido en el albergue con unas vistas muy bonitas del lago un par de tortillas (de tomate y patata). Al llegar al coche faltaba el móvil de Ceci y tuvimos que volver al albergue donde lo encontramos donde Ceci había recordado cogerlo ?¿
Salimos hacia Pamukkale (Denizli) y en menos de tres horas llegamos al lugar. En el camino nos paró un policía que nos pidió la documentación del coche y el permiso de conducir de Claudio. Fue muy amable, no como los policías españoles. Curiosamente nos fijamos que paraba a los que parecían extranjeros y a los turcos los dejaba pasar.
Pamukkale
Desde abajo parece mucho más feo de lo que realmente es. Encontramos milagrosamente el camino del pueblo que recomienda las guías con un sitio justo delante de la entrada para aparcar sin pagar. Estaba justo delante del parque donde luego comimos unos bocadillos que hicimos con lo que habíamos comprado en el supermercado el día anterior. Subimos a Pamukkale y nos mandaron descalzarnos porque para conservar el lugar no dejan acceder a nadie con zapatos puestos. Subes entre las piscinas donde puedes remojarte. De hecho la gente iba en bañador y se bañaba, ¡qué envidia!
Hicimos fotos que demuestran lo bonito que es el lugar. De la que subíamos un señor nos sacó unas fotos y luego nos pidió unas individuales. Al principio le dejamos, pero cuando empezó a pedir que posáramos nos pareció raro yle dijimos que ya era suficiente. (A saber qué hace con las fotos).
Una vez arriba la vista es espectacular y puedes acceder a otras piscinas. Está todo muy bien montado y tienen mesitas a la sombra donde puedes hacer picnic. Pamukkale no es sólo un lugar con piscinas sino que también tiene restos históricos. Los romanos que eran muy listos montaron una ciudad (Hierápolis) de la que quedan muchos restos, entre los que destaca el teatro, muy bien conservado. También está por allí el lugar donde crucificaron a San Felipe, pero no subimos porque hacía mucho calor y estaba muy alto. Eso sí, hay una foto.
En un momento de la ascensión Claudio se dio cuenta de que había perdido las gafas y deshicimos nuestros pasos hasta que encontramos a un niño jugando con ellas. Le preguntamos de quién eran las gafas y el padre le dijo que nos las diera (por eso la ascensión se hizo tan larga, porque fue ascensión y media).
Después de comer salimos hacia Bodrum.
Bodrum
Llegamos a Bodrum después de unas cuatro horas subiendo y bajando puertos. Llovió un poco durante el viaje y se nos hizo raro porque el cielo se veía azul.
Bodrum no es una ciudad preparada para coches. De hecho para los coches es una trampa. Siguiendo el GPS para llegar al hotel nos metimos en una calle sin salida, bloqueados por delante y por detrás y provocamos un accidente y todo (nada grave y no fue culpa nuestra).
Después de dar mil vueltas nos dimos cuenta de que era imposible llegar en coche al hotel, así que aparqué el coche en medio de la carretera principal (eso sí, asegurándome primero de que pasaba un autobús).
El hotel (Su Hotel) está muy bien. Está en un sitio muy tranquilo, es muy juvenil/hippiesco, tiene piscina, aire acondicionado, tocador… lujos desconocidos hasta ahora. ¡Hasta tiene agua caliente con presión! El único fallo es que el hotel decía que tenía parking, pero lo que te ofrecen en realidad es parking gratuito en la calle cerca del hotel que tuvimos que salir a buscar. No lo encontramos.
Después de darnos un chapuzón muy necesitado y refrescante, fuimos a dar una vuelta por Bodrum y cenar.
Bodrum es una ciudad curiosa. Mezcla los yates del puerto, con las pizzerías, las discotecas de entradas de 25 euros, el imán sonando por toda la ciudad a la hora de rezar y el Masserati Marina Yatch Club. Es una mezcla rara, pero no queda mal. Como dice la guía “no os dejéis engañar, Bodrum tiene encanto y mucho”. Muy turística pero el paseo es agradable y al mismo tiempo tiene ruinas históricas (aquí está lo que queda del Mausoleo de Mausolo, una de las Maravillas del Mundo Antiguo y un castillo medieval muy bonito desde lejos).
Nos perdimos de vuelta al hotel para no faltar a la tradición recién formada porque el GPS no tenía ni idea de dónde estábamos, hacia dónde íbamos o qué calles existían realmente. Descubrimos la zona comercial de Bodrum y en un intento de llegar a la carretera que llevaba al hotel cruzamos por el medio de una casa, como suena. Claudio me dijo que era una casa y … cruzamos sin más. Efectivamente había tres personas y nadie nos dijo nada, ni siquiera cuchichearon.