De Capadocia a Egidir
- lectura de 5 minutos - 908 palabrasUchisar
Nos levantamos temprano para desayunar a las 8.30 y salir pitando hacia Egirdir viendo antes algo de Capadocia. Como siempre, teníamos un suculento desayuno esperándonos pero esta vez hicimos fotos. También como siempre estaba muy bueno, eso sí, la dueña se medio enfadó y nos dijo que comíamos muy poco. Luego nos fuimos a dejar las maletas al coche y volvimos para pagar. Muy maja la dueña, aceptó euros y por la cena del primer día sólo nos cobró 10 euros!!
Y lo más guay de todo, al salir tiraron un vaso de agua. Es una superstición para desear buen viaje a los huéspedes.
¡Ah! Se me olvidaba que la dueña del hotel nos dio unos pastelitos como los del desayuno para el viaje que a Ceci le gustan mucho y siente deseos de comerlos a todas horas.
Urgup
Bonito pueblo con direcciones prohibidas extrañas en medio de la carretera principal. Es famoso en la región por sus vinos aunque nosotros sólo fuimos para comprar agua (pan en realidad) y algo para los labios, que los teníamos resecos. Objetivo conseguido. Los supermercados turcos son lugares interesantes donde no hay cosas en pequeñas cantidades, los botes de tomate y cosas así son enormes, la barra de pan pequeña también es enorme. La nutella también.
Como no sabemos turco, en vez de vaselina para los labios compramos crema nivea de manos. Hidrata los labios igual y nos deja con unos labios blancos divinos de la muerte.
Mustafapaça
Llegamos a este pueblo porque la guía lo recomendaba. No hay mucho que hacer allí, pero fue un acierto porque el pueblo es realmente bonito y está muy bien integrado lo antiguo con lo nuevo como demuestra una foto que le hice a Ceci delante de un hotel / restaurante metido en una cueva. Venden onix en el pueblo, como en toda Capadocia (los turcos pronuncian “capadoquia” no compramos nada).
De Mustafapaça a Egirdir
Es un viaje largo de más de 400 km y unas 6 horas. Pasamos por pueblitos y por la ciudad de Konya. Antes de eso paramos a echar gasoil… “Merhaba” (hola) y señalar la llave del coche, que tiene puesto “Dizel” fue suficiente para que lo llenaran. Está unos 20 céntimos de euro más barato de lo que creía.
Volviendo a Konya, es una ciudad grande (981.000 habitantes) y fea, no sabría decir si es más grande que fea. La ciudad está llena de integristas islámicos. Un dato curioso y que no viene en las guías es que es el primer sitio de Turquía en el que veo “scalestrix”, hasta llegar aquí todos los cruces de carreteras habían sido a nivel (y después de salir de Konya lo siguieron siendo).
Todo el viaje transcurre por valles o mesetas a más de 1000 metros de altitud, tenemos algunas fotos del paisaje, que no me disgustó del todo (de hecho le encantó, ¡que no mienta!). Otro hito es que vimos por primera vez una nube!!
Lo más bonito del viaje el agua que vimos: una presa y el lago de Beysehir. El color del agua es de un azul muy bonito.
“Comimos” durante el viaje. El menú consistió en agua de beber, un pastelito de los que nos había dado la dueña de Tekelli Evi y pan o dedos untados en nutella. Como siempre, muy bueno, pero esta vez algo escaso y cutre. Culpa mía. La última parte del viaje Ceci vino durmiendo.
Nota: lo de comer fue anecdótico. Claudio apenas tomó nada y yo me cogí el bote de Nutella para ir tomando por el camino.
Egirdir
Llegamos a Egirdir hacia las cinco. Egirdir es un pueblo feo, terriblemente feo para lo que se merece un lago tan bonito como este. Estamos alojados en un albergue, eso sí con habitación privada con baño. Desde ahí estoy escribiendo estas páginas.
Dimos un paseo hasta la península que se adentra en el lago y vimos el atardecer. Muy bonito. Cenamos en uno de los restaurantes de la orilla del lago, en el que mejor pinta tenían las mesas. Pedimos “algo típico turco o de la zona pero SIN queso”, dejamos claro lo del queso, y nos trajeron una ensalada de patatas, berenjena y tomate (y algo más que no recuerdo) que estaba buena y luego, también de entrante, unas cosas de pimiento, carne etc. que estaba picante pero muy bueno; es el relleno de algo que había comido Ceci antes de ayer. Nos regalaron y no cobraron unas hojas de parra como las que comí yo; yo no las probé porque no me habían gustado, pero Ceci comió un trozo de una y escondió el resto entre la lechuga que acompañaba al plato principal. El plato principal consistía en un pescado del lago a la romana con tomate, limón, lechuga y perejil de acompañamiento. Una ración grande, pero el pescado no tenía mucho sabor; estaba aceptable tirando a bueno. Los dos pedimos lo mismo.
Muy barato todo. Y eso que yo tiré la copa de agua encima de las hojas de parra regaladas.
De vuelta al hotel, me hice la imperdonable foto de cagando en el lago. Creo que voy a cagar en todos los mares que vea y hacerme una foto. Será un bonito recuerdo de cada uno de ellos.
Al llegar al albergue vimos que detrás de nuestro coche había aparcado otro bloqueándonos la salida. No se ve dueño por ninguna parte. ¿Conseguiremos salir mañana a la hora prevista?